Black Rhythm: Hablar en Música

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Correctamente conocido como el human beatbox, este es el arte de utilizar el cuerpo como un instrumento musical replicando los sonidos y las destrezas del hip hop y el a capella. Contar una historia a través de tu capacidad sonora en un juego entre garganta, boca y respiración. La semana pasada logré dos cosas: tener mi primera experiencia de la historia contada bajo este lenguaje y aprender más sobre la cultura del beatbox. Ambas cosas con Black Rhythm, nombre artístico de Edgar García Cruz, uno de los embajadores del arte del beatbox puertorriqueño.

Edgar se desarrollaba en los deportes del baloncesto y la natación. Su único acercamiento a la música había sido en décimo grado de la mano de sus primos mayores, una maestra de español que le pidió un rap de las preposiciones y un compañero de clase que le hizo la pista. Su compañero, el hoy baterista Richard López, le daba algunas clases de teoría de la música en la iglesia donde asistían. No mucho más que esto, cuando ya en el 2012 y estudiante universitario tuvo la casualidad de encontrarse con un video de Joel Turner, australiano y primer campeón mundial de beatbox. Así nace Black Rhythm.

Beatbox es una caja de ritmos, usualmente cara y poco accesible. El human beatbox es para muchos una alternativa más costo efectiva de imitar lo que esta caja hace y por fin García podía desarrollarse en la música inmediatamente y sin incurrir en una inversión de equipo. La voz es el primer instrumento en la historia musical del ser humano. Bien entrenado, el más poderoso y el más versátil también. “Es el instrumento más completo porque te permite expresar cualquier idea musical de manera consecutiva en tiempo real. Ritmo, armonía, melodía y lírica. Sigue estando en el hip hop, pero ahora existe en otros universos artísticos”, dice Edgar. Algunos podremos recordar al comediante Michael Winslow de las películas Police Academy, que llevó las posibilidades de mímesis del sonido a otro nivel dentro los espacios cómicos del cine y el teatro.

Luego de haber estudiado con los tutoriales de YouTube por dos años, Edgar comenzó presentando lo que había aprendido a sus familiares y amigos. Ya para el 2013 quedó subcampeón en las competencias de beatboxing de El Local en Santurce. En el 2014 participó en los eventos de la Feria de Cultura Urbana, su primer open mic con El Crudo Poético y ese mismo año se graba y abre su canal de YouTube. Esto permite ser contactado por Premsy; beatboxer ponceño que le enseñó sobre los espacios de Skype, Ventrilo y el Playstation Network, donde se desarrollan conexiones con beatboxers internacionales y se hacen famosos en los server rooms de distintos videojuegos utilizando sólo sus headsets y su talento.

El entrenamiento del beatboxing no es cosa fácil. Edgar agradece su disciplina y las destrezas adquiridas de tantos años de baloncesto y otros deportes y considera que es una manera de promover salud a través del arte. Hace push ups a la vez que hace beatboxing para ayudar a su proyección. Su objetivo es optimizar su capacidad cardiovascular y pulmonar para sonar a capacidad aún cuando no tenga el micrófono.

“[P]ara un beatboxer el sonido es marca, es su branding. A partir de los sonidos cotidianos crear arte desde ahí. Piensa por ejemplo en todos los idiomas del mundo, su estructura sintáctica y fonética que lo forman. Así te diferencias de los demás. Se utiliza el tracto vocal; cuerdas vocales, lenguas, dientes, labios, las fosas nasales, la tráquea, la laringe, la faringe y el diafragma. Se debe aprender primero de música. Se empieza con los ritmos básicos de la batería, que es el ritmo, bombo, platillo y caja. Se organiza la idea para saber el orden en que se va a reproducir la idea. Se debe experimentar todos los sonidos que tu cuerpo puede hacer con la posición de tu lengua y tu boca”.

Black Rhythm presentando en el Coliseo de Puerto Rico.

García Cruz nunca se imaginó que iba a estar en este lugar. “Iba a ser quien nunca había sido, para hacer lo que nunca había hecho y poder tener lo que nunca había tenido. Yo voy a crear algo en mi país. Si te gusta algo y no está pasando en tu país, pues sé tú la fuente”. Llegó a Lima representando a Puerto Rico en el Primer Campeonato Latinoamericano de Beatbox en noviembre de 2017, convirtiéndose más tarde en parte de la junta directiva del evento. Es el primer beatboxer que ha performeado en el Coliseo de Puerto Rico y es parte del dúo Afro-Custics con la scat singer Tanicha López. Codirige junto a Penélope Cuyar el programa educativo Areyto Hip Hop, y trabaja con el mc Negro González en Hip Hop and Rap 2 School. Aquí utilizan las artes urbanas que no tienen presencia en el currículo educativo del país para darle apoyo a las materias básicas de las clases. Se trabaja la lectura, palabra, música, ritmo, estructura y composición. Con este programa ha llegado al Festival de la Palabra y a la Feria Internacional del Libro, además de talleres en comunidades como La Perla. Esto le ha permitido darle visibilidad al arte del beatbox, presenta una nueva alternativa profesional a una nueva generación y dispara las posibilidades de crear talentos que sigan representando a la isla internacionalmente.

En el hip hop le hemos dado la oportunidad al mc y al dj, pero poca atención ha recibido la percusión vocal del hip hop. El human beatbox es un nicho en el mundo entero y Black Rhythm se prepara para la primera representación puertorriqueña en el Quinto Campeonato de Beat Box en Alemania en agosto de 2018. Este gallito de batalla prepara con seguridad el linaje del país para aquellos con la impresionante habilidad lingüística de hablar en música.

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